Los beneficios para la salud física y mental de correr despacio

¿Cuánto importa el ritmo al que corremos desde el punto de vista de la salud? ¿Cómo responden el corazón, los huesos, la musculatura o la mente cuando no vamos al límite?

Vaya por delante que correr, ya sea rápido o al trote, en general, siempre tendrá asociados importantes y numerosos beneficios para la salud. Tanto es así que la Organización Mundial de la Salud recomienda realizar una actividad aeróbica moderada, como puede ser correr lento, entre 150 y 300 minutos a la semana.

Se considera correr lento cuando vamos a una velocidad promedio de entre 6 y 10 km/hora

Ahora bien, ¿qué se entiende por correr lento? El doctor Alfonso del Corral, jefe del equipo de traumatología del Hospital Ruber Internacional, distingue entre caminar, trotar y correr rápido. “En primer lugar, caminar sería ir a una velocidad promedio de entre 3,5 y 6,5 km en una hora; ir al trote, correr lento o jogging suele considerarse entre 6 y 10 km/hora; y la carrera rápida o running sería más de 10 km a la hora”.

¿Cuánto más rápido más saludable?

Existe la creencia generalizada de que cuanto más veloces seamos, más en forma estaremos y más efectivo será el ejercicio realizado. Por otro lado, y en contrapartida, solemos relacionar las sesiones de carrera lenta con un ejercicio “de segunda” que aporta unos beneficios menores que si lo hiciéramos a mayor velocidad. Sin embargo, la postura de la ciencia no coincide con este planteamiento y otorga al jogging o correr despacio un lugar muy similar al que ocupa el running.

En este sentido, el doctor Alfonso del Corral destaca los beneficios asociados que tiene para la salud correr despacio:

  • Ayuda a perder peso al quemar calorías y aumentar el ritmo metabólico.
  • Te mantiene en forma al potenciar la musculatura y mejorar el tono muscular.
  • Mejora la función respiratoria y circulatoria al ser un ejercicio aeróbico.
  • Previene enfermedades cardioisquémicas y cerebrovasculares.
  • Previene patologías crónicas como hipertensión, dislipemia, diabetes o cáncer.

Correr despacio permite fortalecer la musculatura al mismo tiempo que reduce el riesgo de lesiones

  • Fortalece el sistema inmunitario.
  • Mejora la osteoporosis y la sarcopenia.
  • Cuida la salud mental.
  • Forma parte del tratamiento del insomnio y la ansiedad.
  • Incrementa la capacidad de concentración y disminuye el estrés.

Ventaja añadida: menos lesiones

Al correr despacio, aprovechamos muchos de los beneficios vinculados a correr rápido. Ahora bien, lo interesante es que, por ejemplo, en el ámbito de la salud ósea, se consigue mejorar el tono y la capacidad muscular, y aumentar la densidad ósea disminuyendo la posibilidad de osteoporosis, al mismo tiempo que se reduce el riesgo de lesiones. Y es que “al correr más despacio, el impacto sobre las articulaciones es menor”, aclara la doctora Teresa Beteta, del equipo de traumatología del doctor Alfonso del Corral.

Un corazón más y más fuerte

Otro de los valiosos efectos de “no tener prisa por llegar” es que, tal y como apunta Beteta, “la carrera lenta es un ejercicio aeróbico que mejora la función del corazón“. Esto es así porque “este órgano responde al esfuerzo aumentando el volumen de sangre que circula por el organismo. Para ello, aumenta de tamaño e incrementa el grosor de su pared muscular. Esto hace -continúa la experta- que el corazón sea capaz de bombear más sangre con menos latidos, es decir, disminuye la frecuencia cardiaca. También aumenta el calibre de las arterias, por lo que llega más sangre a los pulmones para oxigenarse”.

Aunque la lista de beneficios es larga, la doctora pone el foco en cuatro aspectos que considera especialmente interesantes:

  1. Previene el riesgo de enfermedades cardioisquémicas. Es decir, disminuye el riesgo de padecer un infarto. Al correr conseguimos bajar peso, reducir el colesterol y controlar la tensión arterial, los tres factores de riesgo cardiovascular más importantes.
  2. Ayuda a mantenernos en forma, lo que nos impide llegar en mejores condiciones al final del día.
  3. Mejora el sistema inmunitario, que nos protege de enfermedades comunes como gripes y resfriados.
  4. Cuida la salud mental, ya que correr reduce el estrés y la ansiedad.

Aumenta la motivación y reduce el estrés

A la retahíla de beneficios para la salud física, el doctor Diego García, también del equipo de traumatología del doctor Alfonso del Corral, añade una lista, no menos importante, de efectos sobre la salud mental: “Al correr, liberamos endorfinas (hormonas de la felicidad), lo que explica la sensación de bienestar y satisfacción que obtenemos después de entrenar”. Y añade: “Esto hace que al correr aumente tu autoestima y disminuyan los estados de estrés y ansiedad”.

Además, otro de los aspectos que se ven aumentados cuando corremos lento es la capacidad de concentración y motivación. También, “puede funcionar como inductor del sueño ante problemas de insomnio, y eleva la calidad del sueño”, señala el experto.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *