El uso de la falda tiene un sentido sagrado y energético. Las antiguas sacerdotisas y sacerdotes, usaban faldas permitiendo la conexión con la energía de la Tierra y la energía sexual, la misma que les daba poder.
Cuando una mujer usa una falda larga, permite que su potencial de energía sexual, creativa y poder femenino se expanda. Prueba un día ponerte una falda larga, sal a la calle, y cuéntanos como te sientes después. Nada que ver con llevar vaqueros. ¡Haz la prueba!
Según la tradición Oriental, la energía asciende en el cuerpo de las mujeres, desde abajo hacia arriba (en el caso de los hombres, su energía es solar y descendente), esta energía ascendente atrae hacia dentro, es una fuerza centrípeta e irresistible. Es tan poderosa, que si se vive en un ambiente familiar, la mayoría de los miembros de la familia giran alrededor de ella.
Esta conexión de cada mujer con la Madre Tierra beneficia a nuestras familias y sobre todo a nosotras mismas, al sanar y mantenernos sanas. Es importante que cada mujer recuerde la importancia de permitir el paso de la energía de la Tierra hacia el útero, centro de poder.
El uso de la falda en las ceremonias, rituales y círculos de mujeres
Para muchas culturas ancestrales, el uso de la falda larga era señal de ritual, ceremonia, un tiempo fuera del tiempo. Las mujeres al usar falda, se empoderaban de su feminidad y protección divina, vistiendo como Diosas (que somos). Creamos una espiral que llega directamente a nuestro primer chakra, el chakra raíz (en el perineo), responsable de nuestra capacidad de supervivencia, nuestra parte más instintiva que nos lleva a la creatividad y la sexualidad a través de nuestro segundo chakra, justo debajo del ombligo.
También a través del movimiento de la falda, con este suave oleaje, nos abrimos a la sabiduría de la Abuela Luna, simulando los círculos que delimitan su camino de fases de luna negra a luna llena.
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Y del muro de Irma Ortiz