En un mundo cada vez más acelerado y caótico, la práctica de ejercicios de relajación hatomado fuerza como una herramienta para mejorar la calidad de vida y el bienestar en general.De acuerdo a una investigación publicada por la revista Biological Psychiatry que aporta un enfoque científico a la meditación consciente, se ha demostrado que efectivamente estas prácticas pueden remodelar el cerebro de las personas en contraposición a un simple efecto placebo, lo que potencialmente conduce a mejoras en su salud.(Siga leyendo: ¿Qué puede hacer el mindfulness por su salud mental?, expertos responden)
En este contexto, el doctor Juan Alberto Ríos, especialista en Medicina del Deporte de Smart Fit,señala que, por ejemplo, estas prácticas no solo permiten analizar las situaciones desde una perspectiva amplia, facilitando la toma de decisiones rápidas y tranquilas, sino que también desempeñan un papel fundamental en el proceso de aprendizaje al optimizar la concentración y la asimilación de información.
Además, afirma que “se ha observado una correlación significativa entre la práctica de ejercicios de relajación y la reducción de eventos cerebrales y cardiovasculares, lo que se traduce en un impacto positivo en la salud”.No menos significativos son los efectos benéficos de los ejercicios de relajación en la salud física y dermatológica. El médico destaca que estos ejercicios pueden reducir el riesgo de irritación en la mucosa gástrica y alteraciones funcionales del colon, brindando un alivio potencial para problemas gastrointestinales.Por otro lado, los ejercicios de relajación también están relacionados con la disminución de la fatiga y la mejora en la calidad del sueño. De hecho, la relajación también parece ejercer un impacto positivo en la salud dermatológica, reduciendo el riesgo de afecciones como la alopecia areata, el vitíligo por estrés y otras alteraciones como son los eczemas.Incluso se ha demostrado que estos ejercicios tienen un papel protector contra enfermedades autoinmunes. Por otro lado, en el camino hacia este estado de tranquilidad, el experto recomienda prácticas como la respiración consciente y profunda, la masoterapia, la meditación, el yoga, el taichi, la biorretroalimentación y la musicoterapia.